30 jul 2007

Skinny Jeans

Val es la única de mis amigas cercanas que se ve bien en skinny jeans. En realidad ninguna de las otras los ha usado, porque la mayoría sufren del mismo trauma de caderas gigantes de la mujer mexicana promedio. Hay una que otra, que según yo, sí cabría en esos tubitos de tela, pero les falta valor.

Desde que vi La vida en el abismo (Boyle, 1995) me prometí a mi mismo disfrazarme alguna vez en la vida de Renton. Pero ya pasaron como doce años y varios kilos, aunque sigo siendo talla 29, tanto el estrés como la vida urbana me han provocado una panza que me haría ver muy mal en skinny Claro que el outfit ya lo tengo desde hace años: t-shirt amarilla, tenis Converse, chamarra de pana... Los jeans no los he comprado, prometí bajar aunque fuera 3 kilos para hacerlo.

Val no es anoréxica ni bulímica. Es miembro oficial de PETA, Green Peace y diferentes asociaciones que protegen la vida digna de los animales y el medio ambiente. No es la típica vegetariana come-pasto, pero procura cuidarse, evita la carne, compra productos orgánicos; tampoco se restringe en ir a cenar al Farolito o a los del Califa, pero eso sí, prefiere las gringas de pollo. Eso me cae muy bien de ella, porque no tienen ninguna pose pseudo intelectua; estoy convencido que sólo lo hace para ponerse sus skinny jeans.

Y miren que se le ven re bien. El otro día estábamos en el Escaparate, un cantabar en la Anzures, cuyo prestigio radica en el hecho de estar barato, vender cervezas de a peso (sólo para ellas) y permitir que la banda se suba al escenario a desgañitarse con rolas de Parchis y de la Paulis Era un reventón de la agencia donde trabaja Damiana, festejaban un cumpleaños de algunos creativos. Nosotras (y me incluyo en el “as” por ser mayoría de mujeres) íbamos de coladas con ganas de fiestear y terminar azotadas de borrachas en aquella improvisada ladies night, claro que el objetivo principal era ver a qué guapo nos ligábamos, pero creo que sólo Irene tuvo éxito.

Teníamos casi un mes de no vernos, la última vez fiesteamos en La Bipolar, en Coyoacán, y ahí Val nos prometió su skinny outfit para la siguiente ocasión. Me moría de envidia porque ni siquiera me he atrevido a comprarme unos. Pero insisto, se le veían rebien, sobre todo con el blusón morado tipo flans; totalmente en plan eighties back.

La noche continúo, el alcohol se nos subió y con él, Damiana, Calix, su novio, Gaby y yo nos montamos al escenario para interpretar ‘Mío’, en homenaje a la chica dorada. Aunque era tarde para que nos diera pena, la única que no se subió fue Val,; cosa rara porque era la que mejor diseño de imagen traía. Ahora entendemos la verdadera razón por la que no ligamos...

Irene se perdió con el mismo argentino de la semana pasada, todas las demás decidimos ir a comer algo. Para entonces Denisse estaba a punto de tirar la toalla, pero yo era él único que llevaba auto, así que tuvo que esperarse a que las demás se dignaran a terminar la party. Val, se mensajeaba con Billie, su novio y actual compañero de casa y vida. Ahora entendemos porque ella no ligó (es la única que no es soltera).

Estábamos afuera del Seven Eleven de Leibnitz y mientras el valet nos regresaba el auto, nos pusimos a dar serenata a los vecinos de polanco, cantándoles “Si no es ahora”, ya en euforia timbirichesca post karaoke. Suerte que nadie nos aventó un balde de agua fría. Yo seguía neceándole (en plena mala copa) a Val que necesitaba bajar la panza para meterme en los skinny y lograr mi deseado look de heroinómano, junkie, escocés y la cajera del local nos odió cuando decidimos devolver los burritos para irnos a cenar una buenas gaonas.

Yo seguía de necio, presumiendo mi vegetarianez, cuando me trajeron una gringa seguida de dos gaonas con queso. Pero mi pretexto fue que en Cuba no había esos cortes (yo venía llegando a la ciudad después de pasar dos semanas en La Habana) y ellas se burlaron tanto de mí, que mejor decidí cerrar la boca para hablar y abrirla para devorar. En la mesa de al lado llegó Rita Guerrero con dos personas más y en la de enfrente unas lesbianas se peleaban con los meseros.

Para entonces ya eran las 4 am y me faltaba llevar a Damiana, suerte que es vecina condechi, y a Denisse, que afortunadamente vive en la Nápoles. Pero después de dejarlas, Gaby y yo teníamos un largo recorrido hasta Coyoacán y Val se iba directo a la región norte de la ciudad, porque estaba quedándose en casa de su mamá, porque actualmente reside en la hermana provincia de Zamora.

Cuando veníamos de regreso, le pregunté a Gaby si se me verían bien los skinny, creo que su cara me bastó para dejar de considerar el outfit. Cruzamos la escandón rumbo a la Nápoles para dejar a Deni, y cruzamos la calle tocando el claxón y buscando a Irene por la calle progreso, por ahí vive el argentino guapo... claro que nunca respondió; porque de todas Irene es la única que sabe jugar “el juego”.

Mientras nos atendían en las gaonas, concluímos varias cosas sobre ella, que a continuación enunciaré como lección / epílogo:

1. Encontrar el punto exacto entre coquetear con todos, sin parecer una fácil. Es decir que tu coquetería sea natural.
2. Establecer relaciones intermedias con los hombres, ser lo suficientemente amiga para que no hablen mal de ti, pero no tan cercana como para que no te puedas acostar con alguno, eventualmente (y que guarde el secreto).
3. Prohibido terminantemente ir al cine, cenar, hablar por teléfono, pedir el messenger del argentino guapo, o hablar sobre tus sentimientos con él, limítate a que sea una relación sexual, no más, (es más seguramente evitara cruzar palabra en público, así que adelantate).
4. Si tienes novio, se vale usar skinny jeans; si andas de coqueta, evítalos si no quieres que te llamen zorra.
5. Prohibido irte a vivir, tener hijos o casarte con el primero que te invita un chupe (sobretodo si eso sucede solo en tu cabeza). Eso incluye la interpretación incorrecta de signos de ligue; ojo, que te acerquen la silla para sentarte o proponerte fiesta en tu casa no significa que quieren contigo: no se te olvide que probablemente seas la que vive más cerca de la oficina.

Por último, esta receta será infalible para conseguir lo que buscas: Un poco de putería (pueden ser los skinny jeans, el escote o las chichis nuevas), una pequeña sonrisa de “estoy disponible” pero con la palma derecha siempre levantada, evitando que algún aprovechado se acerque de más. Dosis exacta de amargura para hacerle una jeta a algún indeseable, el trago suficiente para desinhibirse, pero sin caer en la malacopa. Mezclalos bien, agítalos y serán tu talismán.

PD: si alguien te canta: “Porque te hizo el destino pecadora, si no sabes vender el corazón..,q uizá sea momento de sacar las antenas.