31 may 2007

Lucía y el Sexo

Voy a pararme aquí porque esto tiene buena pinta, pensé, y enseguida volví a apartar la graciosa relación sexual entre este agujero y el faro. Aprovecho esta parada para decir que con toda esta narración de viajero, pretendo expresar que aquellas primeras imágenes que vi en la isla contienen los significados más claros, naturales y profundos de Lucía y el sexo, ahora que la he terminado. En esta película la materia fundamental ha surgido del proceso de su descubrimiento; pongo aquí como prueba el hecho de que en aquel momento yo no tenía ni remota idea de hasta donde podía llegar.

Vuelvo a las posibilidades del agujero, vistas desde ahora mismo (tres años más tarde). Estaba contando la historia de una huida que, en el extremo de la isla, donde parece que ya no se puede avanzar, se topa con un agujero por el que se puede caer (la historia misma). Aquí aparece la tentación de escaparse en retroceso, y esto sé que es una idea de escritor, concretamente del personaje de Lorenzo, en el pasado de Lucía, su lectora favorita. Es decir, hay huidas que no van del todo hacia delante porque antes de llegar muy lejos pueden volver atrás para enfrentarse y resolver algo pendiente, justo en el punto de origen de la fuga, "para cambiarte el rumbo, si medejas, si me das tiempo" (como escribirá él). Sí, hay muchas fugas paradógicas, pero yo, entonces, viendo por primera vez ese agujero, no lo pensé, ya que el personaje de Lorenzo apareció seis meses más tarde.